TE AMARE

martes, 5 de febrero de 2013


Tu propio lugar

Artículo publicado por Merlina Meiler
Date tu propio lugar. Ocupa tu espacio.
Esto es algo que nadie puede hacer por ti.
Si no lo haces, además de que se te dificultará sobremanera encontrar tu eje interno, estarás propenso (o propensa) a enfermarte – es lo que suele derivar de la falta de equilibrio y de los vacíos de energía.
No regales el espacio que te corresponde, ni creas que otro ser puede ocupar parte del tuyo. Esto es una invasión a tu integridad, que puede traer consecuencias poco deseables en diversos planos. Además, le estarías dando a esta gente el poder de tomar decisiones por ti, de elegir qué hacer con tu vida, de decirte qué puedes hacer y qué no… todo esto provoca una verdadera falta de libertad (¡la tuya!).
No esperes que mágicamente, una persona te dé el lugar que no te decides a ocupar: el tuyo propio. Tampoco supongas que alguien te querrá más por cederle parte de tu espacio o por transformarte, meramente, en un apéndice del otro. Esto te generará dependencia o simbiosis con la otra persona, ya que creerás que sin él o ella no eres un ser completo y digno de llenar, precisamente, el espacio que te corresponde. Somos seres enteros en interacción con otros, y cuanta mayor integridad y solidez interna tengamos, podremos entablar mejores relaciones de pares y depareja.
A las mujeres en particular se nos ha enseñado que por ser el eje de la casa, debemos dar más de lo que recibimos, incondicionalmente, a los hombres, a nuestros hijos. Somos dadoras natas. Bien podemos hacerlo respetando nuestro espacio y los límites que consideremos necesario poner a quienes nos rodean.
¿Crees que te das tu propio lugar?
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